“RESCATANDO EL OLVIDO”
Hoy me atrevo a compartiros algo de mi experiencia. En la soledad de la noche he tenido un momento de regreso al pasado. Desde mi niñez he sentido una búsqueda de lo trascendente en mi vida y esa búsqueda se hizo especialmente intensa en mi adolescencia en la que me cuestionaba qué podía hacer en la vida para darle un gran sentido. Supongo que tenía esos sueños “altruistas” que todos en mayor o menor medida hemos vivido como producto de una cultura judeo- cristiana y que por otra parte, son totalmente sanos cuando parten del ser y no del ego. Mi sentido de lo trascendente era poco integrador, no podía ir más allá de mi religión católica y todo lo demás lo entendía como alejado de la verdad. Una experiencia importante en mi vida fue el descubrimiento de Taizé (a través de las mercedarias de la caridad). Allí, pude experimentar una integración mayor al vivir y con ello reconocer, que podía compartir esa búsqueda con personas de distintas orientaciones religiosas; eso si, con la misma fuente común al catolicismo que era la figura de Jesús, ya que Taizé tiene una base ecuménica. En aquella época, seguía sintiendo a Dios como algo separado de mí, alguien a quien tenía que buscar fuera, en algún lugar y entorno especial, aunque también puedo decir, que el recogimiento de Taizé me ayudó a mirar dentro y conectar con lo más genuino de mi mismo en una búsqueda auténtica de lo esencial en la vida. Una gran crisis personal me hizo dar saltos vertiginosos en mi comprensión de lo trascendente. Tuve que vivir la sensación extrema de ausencia para experimentar la verdadera presencia, no comprender nada para poder comprender, en definitiva, vivir una síntesis de contrarios dentro de mi que me ayudó a relativizar el concepto del bien y del mal. Hoy desde la experiencia y la perspectiva del tiempo vivo lo trascendente como una conexión sin jerarquías, mi fe va más allá de la religión y la practico desde el fondo de mi Alma que es la que dicta mis valores y me conecta con la intuición y la sabiduría implícita. Vivo en la fe, en la confianza en mí mismo y en el Amor Incondicional. Resueno en el Amor Incondicional y a mí mismo. Trato de aceptarme y amarme completa y profundamente ya que siento que soy único y necesario tal como soy. La gran diferencia con respecto al pasado es que, antes sentía que tenía que ser de una forma determinada para sentirme amado y poder llegar a vivir lo trascendente dentro de mi y ahora pienso que yo mismo soy trascendente tal como soy y en mi interior está la esencia de la verdad y la verdadera religión sin necesidad de buscarla fuera.
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