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miércoles, 17 de octubre de 2012

" EN LA MUERTE DE UN ABUELO"

EN LA MUERTE DE UN ABUELO


Después de un fin de  semana agotador, quiero hacer una parada para expresar todo lo vivido tras la muerte de mi suegro.
A pesar de su deterioro evidente, su fallecimiento nos pilló por sorpresa a mi cuñado y a mí. Nos  encaramos  a una situación jamás vivida y la verdad poco agradable, en la que tuvimos que gestionar el traslado a Zamora su tierra natal. Aún sigue viva en mi su imagen en al cama con la respiración agitada y las constantes vitales disparadas, era su último momento antes de su adiós definitivo. Finalmente nos avisaron de su muerte y tuve que presenciar  su rostro inerte postrado en aquella cama de la sala de observación del hospital de Vélez- málaga. Son imágenes que difícilmente se olvidan, por lo menos para mí, que me cuesta mucho contemplar el fallecimiento. En ese momento di gracias a los profesionales que nos atendieron por su buen hacer humano y profesional y  a la ciencia por proporcionarnos la morfina para hacer este tránsito final más llevadero.

Quiero centrarme en mi hijo, el ángel de mi vida, la  luz que nunca se apaga en mi interior, porque para mi ha sido el centro de todo lo vivido.
Cuando llegamos al tanatorio empecé a sorprenderme por su reacción. Su presencia ante el féretro y en aquella situación desprendía naturalidad y lo dejó patente en las notas  que escribió en el libro de visitas y el ramo de flores que el mismo escogió para él, las cuales impregnó de su corazón, puro sentimiento y madurez;¡¡ hijo mío, qué ejemplo de vida nos distes!!.

Para mi, ha sido la viva manifestación de la presencia de su abuelo  en la forma que él mismo hubiera querido estar, ha sido el mediador entre él y nosotros.
Fue en la celebración de su despedida en el funeral cuando más sentí esa presencia. Mi hijo se agarró a su abuela de una manera sorprendente e indescriptible. Continuamente la acariciaba y la llenaba de palabras de consuelo, de amor y de ternura, creo que todos nos quedamos perplejos. Son imágenes que quedarán grabadas en mi retina para siempre, estoy convencido de  que era Leonardo que acariciaba a su mujer y nos acariciaba a todos a través de mi hijo. El amor que desde su corazón puro hubiera deseado manifestar a su mujer, hijos y yernos y que por su historia vital no pudo plasmar en su vida. Sentí que la cercanía que sentíamos  hacia mi hijo era el contacto con el propio Leonardo por la representación que mi querido hijo hacia de él. Realmente esta despedida estuvo llena de amor.

Él, representó el amor incondicional que nosotros no pudimos manifestar debido a las experiencias condicionadas de la vida en torno a su personalidad, no a su corazón. Al igual que el árbol, muchas veces no nos deja ver el bosque, las emociones condicionadas no nos dejan manifestar la totalidad y plenitud de lo que somos.
En mi hijo, he  contemplado con claridad que el estado natural del ser  humano es de gratitud y amor incondicional pero debido a nuestra condición humana condicionada perdemos esa perspectiva.


Gracias hijo mío por tu vida que es la vida del corazón de Leonardo en ti, eres carne de su carne, sangre de su sangre y alma de su alma.


Jon, quiero que sepas que el día del funeral de tu abuelo era el aniversario del padre zegrí (Juan zegrí) fundador de las hermanas  mercedarias de la caridad, orden de tu tía Carmina, por quien llevas tu nombre de pila y por el cual tengo un especial cariño y  devoción. Gran parte de mi vida, la he pasado junto a esta congregación y por ello llevo impreso en mi Ser su carisma de liberación . Hoy puedo decir que me siento profundamente afortunado y agradecido por lo que he recibido de ellas. Acojo en mi corazón todos los momentos recibidos, porque me han llevado y me llevan a conectar con la esencia de lo que soy, origen y sentido de mi vida.



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