Este fin de semana como en el del
taller anterior, me preguntaba como siempre qué expresar. Me salen tantos conceptos,
tantos adjetivos. Estos días han tenido un rico sabor a risa, liberación, presencia,
autenticidad, relación, sentido, alegría, encuentro, respeto, transcendencia,
verdad, compañía, fortuna, propósito, intuición, humildad, reconexión, sincronía,
gratitud.... Experiencias sin precio, la verdad.
¡¡Cuántas palabras tan bellas!!,
y lo maravilloso que es, sabernos y
saber que se está gestando algo esencial en nuestra vida, que nos estamos transfigurando
y nos vamos a transformar aún mucho más radicalmente,
y que esto está llegando a innumerables personas que van a experimentar la
misma transformación . Qué alegría
sentir que hemos comenzado el camino de regreso a nuestro corazón, el corazón
de todos, el símbolo y eje fundamental del que tanto hemos hablado estos días. Hemos
entrado en una aventura sin precedentes, una aventura sin fin llena de propósito
y sentido, un proyecto de vida que nos está y estará brindando oportunidades
continuas a nosotros y a los que se acercan a este eje. ¡¡Cuánto nos queda por
vivir compañeros!!, de conocer, de compartir, de experimentar en esta espiral ascendente
¿Quién dice que el tiempo eterno no existe, el presente absoluto?, que nos lo
pregunten a nosotros, bien lo sabemos compañeros, estos días no tenían ni
pasado ni futuro y nos han ayudado a liberarnos de un montón de cargas, son
tiempos que están cambiando por completo nuestra forma de interpretar y vivir
la realidad, estamos enganchados a ellos y cada vez estamos viviendo y viviremos
muchos más. Somos afortunados, porque mucha gente se halla en un punto muerto,
ese punto en el que se manifiesta que, "esto es lo que toca", una zona
cómoda y de confort en la que no se toca
fondo aunque se esté en un clavo mal sentado, porque buscamos siempre un plan b
para tapar nuestras carencias y vacios. Un plan que hoy se manifiesta en forma
de facebock, tuenti, twiter, wassap, gimnasio, caja tonta, amores pasionales,
intelectualidad, espiritualidad, drogas… tantas maneras de despistarnos, de
perder nuestro poder obviando lo esencial. La mente y las emociones nos distraen
y nos hacen perder el norte, desviándonos de nuestro camino hacia el corazón. Estamos convirtiendo
la parte en el todo, olvidando que ésta
se alimenta de él. Perdemos el centro y con ello nuestro centro, que es el que
da razón y sentido a nuestra vida, a nuestras aspiraciones más profundas. No es
que las partes no sean importantes, porque el todo también está en ellas y son
las que le dan sentido, pero cuando las convertimos en el todo, pierden su
razón de ser y dejamos de usarlas con amor y sabiduría. En esta cultura de lo
efímero, nos estamos perdiendo los verdaderos encuentros, encuentros en los que
nos miramos, nos damos la mano, nos besamos y nos abrazamos con el alma. El Amor
Incondicional , la Inteligencia Superior, nos ama tanto, que no nos lo permite,
no permite que nos perdamos, y desde el sufrimiento y la enfermedad nos empuja a
volver a casa, nuestra auténtica casa, que es nuestro ser esencial, nuestra
autoestima verdadera. El amor Incondicional es tan sabio, que si el sufrimiento y la enfermedad no nos sirven,
se aprovecha de ellos para despertar y evolucionar
la conciencia en el amor de todos los
que nos preceden o de los que preceden a los que nos preceden, hasta que
sanemos. Os invito a pasar la antorcha, porque el mundo lo necesita, porque hay
mucha gente que no ve la salida y al
igual que nosotros, necesitan nutrirse de sentido ante las dificultades, para
volver al camino de regreso a su corazón. ¡¡Felicidades!!, somos afortunados. Próximamente
os colgaré un recuerdo fotográfico. Un abrazo.
Félix
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