Me preguntaba qué adjetivo
buscar para sintetizar la experiencia vivida este fin de semana y la
verdad no he encontrado ninguno. Me resulta imposible calificar en palabras la
fuerza y el aliento que hemos experimentado todos en este taller. La escritura
como cualquier otro arte, trata de reflejar el alma del autor, en este caso
trataré de manifestar el alma grupal, y con ello, proyectar en lo posible la
realidad vivida en ese momento. Como me imaginaba, este taller ha sido
totalmente diferente al anterior, y es ahí, donde siento que reside la particularidad de las personas que conforman
el grupo, que hace nueva la vida, llenándola de significado y de experiencias tan
enriquecedoras.
En este grupo, he querido resaltar el remate final totalmente
inesperado, en el que compartimos vivencias
de sincronía que raramente
contamos a los seres que nos rodean, por
los tabús sociales que se nos imponen y con ello el miedo al ridículo o a que
nos tomen por chiflados. Como ya os he
dicho anteriormente, mi descripción no será comparable a la magia del que
escucha la experiencia del que lo cuenta y mucho menos del que lo ha vivido en
primera persona, no obstante, lo intentaré, para dejar plasmado en el blog este
grato recuerdo y así volvamos a él cuando queramos, y sobre todo, para
reconfortarnos en los momentos complejos y espinosos de la vida. Muchas
gracias a todos de corazón por compartir
lo que sois.
NOTA: pido disculpas por si he omitido o cambiado algún
detalle en la narración de las historias.
La primera historia, nos la contó una compañera que había
tenido siempre una relación muy turbia y complicada con su madre, y que la ha mantenido
perturbada durante mucho tiempo. Después de un proceso largo de búsqueda
intentando comprender y comprenderse a sí misma, hace poco recibió en su móvil
una o varias llamadas perdidas de una amiga .Al comentárselo a ésta, ella le dijo que no la había llamado,
que incluso había mirado en su móvil, por si acaso lo había hecho de manera
despistada, y estas no aparecían. Hablando con la amiga, esta le comentó, que se había enterado de un curso
y le planteó asistir, aunque al final sólo pudo acudir ella. Curiosamente, la
que lo impartía cumplía los años el mismo día que su madre. Esta mujer, ha
significado mucho para esta compañera,
pues fue a partir de aquí cuando empezó a arrancar y despegar soltando el
lastre que llevaba durante tanto tiempo, para hacer una gran transformación
personal que ha culminado en la realización de este taller. En este momento, se
siente profundamente agradecida a la vida por la figura de su madre, a quien
considera artífice primordial de su historia
y quien la ha ayudado a llegar a ser
gran parte de lo que es y un motor de lo que llegará a ser.
La siguiente historia, nos la contó una mujer de padre alemán y
madre italiana. Con 18 años conoció a su primer amor, su primera experiencia
con un chico en un pueblo de Alemania. Dos años más tarde, ella y su familia se
cambiaron de ciudad, con lo que se propició el cese de aquella relación. Nuestra
amiga, ha ejercido profesionalmente como guía turística, por lo que ocho años
más tarde, en uno de sus viajes, se hallaba realizando su trabajo en un pueblo
de Italia con un grupo de turistas
alemanes. Una noche, se encontraba con una prima en una discoteca enorme y llena
de gente ,teniendo la suerte de tropezar
con un sitio donde poder sentarse. Llegó un camarero, y les preguntó si no las
importaría que dos chicas alemanas compartieran la mesa con ellas, que faltaba
sitio. A ella, esto no le hacía mucha gracia, porque estaba todo el día
trabajando con alemanes y la apetecía hablar en italiano, su idioma materno, no
obstante, accedieron a su propuesta y decidieron compartir la mesa. Al entablar
conversación con ellas, indagó de dónde eran, y curiosamente le contestaron que
pertenecían a la ciudad donde ella vivió cuando conoció a este chico. Entonces,
rápidamente les preguntó si lo conocían, obteniendo una respuesta afirmativa por
su parte. Le comentaron, que su familia lo estaba pasando muy mal, porque hacia
una semana que su primer amor había muerto en un accidente de moto. Fue un gran
impacto para ella, y al poco tiempo no pudo dejar de ir al cementerio para
visitar su panteón.
Otra compañera, nos cuenta que se hallaba sumergida en una
grave crisis, en la que sentía que la vida carecía de sentido, confesaba que se consideraba
profundamente desesperanzada y sin ganas de vivir. Durante ese periodo, un día se
encontraba llorando con su prima en una cafetería, y al parecer, se acercó un
hombre con serios problemas de alcohol que conocía de hace mucho tiempo en su
barrio. Ella, lo recuerda siempre con un discurso muy desordenado e
ininteligible y con la consecuente conducta discordante que producen los efectos
del alcohol. Aquella tarde, todo cambió por momentos, al sentarse a su lado, nos
cuenta que la empezó a hablar de una manera serena, lógica y razonable y muy
acorde con la experiencia que estaba viviendo nuestra compañera. Ella, lo miró a
los ojos y sintió que cambiaban de expresión e incluso de color. Este hombre, comenzó a decirle que tenía que dejar la relación con el chico con el que
estaba saliendo porque no era feliz con él, que se merecía estar alegre y satisfecha
en la vida, y que dejara de llorar. Nuestra amiga, cortó con aquella relación y
actualmente después de un proceso de maduración personal, se encuentra en un estado de mucho más equilibrio y
ecuanimidad, en el que ha llegado a una comprensión más profunda de si misma.
Otro compañero, nos relata que siendo un niño de 14 años, se
encontraba en un campamento de los Boys Scouts. Una noche estando dentro de la tienda de campaña con sus compañeros cuando
ellos se encontraban dormidos, empezó a oír una vocecilla que decía socorro
repetidamente y entonces decidió
despertar a uno de sus compañeros para comentarle la situación, pero él, le
decía que no oía nada. Finalmente, acordaron salir de la tienda para ver qué
sucedía. Unos pasos más adelante, se encontraron un campo donde pastaban unas
vacas, y allí descubrieron a una especie de hurón que había sido pisado por una
de ellas y del cual procedía la vocecilla que escuchaba nuestro amigo. Entonces, cogieron al animal y lo pusieron en un sitio seguro donde nos comenta que
posiblemente moriría.
La última historia, nos la narra una amiga que hallándose
embarazada de su último mes, se puso de parto y rápidamente se dirigió con su
madre al hospital para dar a luz. Durante el viaje, avisaron a su madre, que su
tío, hermano muy significativo de la misma, había cogido una infección muy rara
y que se hallaba en la UVI con muy pocas esperanzas de que saliera con vida de aquella
situación. Fue un parto muy complicado en todos los sentidos, ya que sus
familiares tenían que atender a ambos a la vez y porque también le tuvieron que
realizar una cesárea. Después de dar a
luz, no la pudieron llevar a la sala
típica destinada para esas situaciones porque no estaba disponible, y
curiosamente la llevaron a una sala paralela a la de la UVI, que era la única vacante. Cuenta, que fueron momentos muy duros, porque escuchaba respirar a su
tío de una manera jadeante, lo cual le llevaba a pensar que se iba a morir. En aquellos
instantes, le pedía a su tío, que no se muriera, porque sentía que se echaría la
culpa y por lo duro que sería para ella recordar el nacimiento de su hijo a la
vez que la muerte del mismo. Posteriormente su tío salió del coma y nos reveló
que esa experiencia les ha vinculado para siempre de forma triangular. Yo creo
que se unieron el instinto de vida y de muerte para unir y dar sentido a la existencia de
estas personas, y es que en los momentos extremos de la vida es cuando
realmente nos cuestionamos lo importante y ponemos en orden nuestros valores.
Normalmente solemos decir que "cada persona es un mundo" porque cuando prestamos atención a sus vivencias nos parecen grandes y las nuestras más pequeñas.
ResponderEliminarHa sido muy emocionante descubrir "esos mundos" que se asomaron un poquito en el taller de autoconocimiento. No se si me conozco más o menos, pero si he conocido a otras personas que al igual que yo tenemos la misma motivación, vivir para sentir, y eso fue lo que vivimos. Gracias Felix