BÚSQUEDA DEL SER EN
EL LUGAR EQUIVOCADO
En nuestra más tierna infancia
vamos desarrollando impulsos o pasiones que surgen de una motivación
deficitaria y que animan a nuestra psique. A través de ellas, estamos sujetos
como agentes pasivos, más que como seres libres. La salida está en des-identificarse de ellas a través de el yo superior que las supera (nuestro yo profundo). Se puede llegar a ello mediante la comunicación
plena en la que aprendemos a derribar nuestras máscaras, aunque muchas veces, es
el sufrimiento personal el que nos hace romper definitivamente con las
identificaciones del ego.
Esta psicodinámica existencial
viene reflejada en la historia en la que Nasrudín perdió una llave.
Se dice que mulá estaba a cuatro
patas buscando algo en uno de los pasillos del mercado. Un amigo se sumó a él en la búsqueda de lo que como le había
aclarado el mulá- era la llave de su casa. Sólo tras largo rato de esfuerzo
infructuoso, se le ocurrió al amigo preguntarle a Nasrudín:” ¿estás seguro de
que la perdiste aquí?” A lo que este respondió:”No, estoy seguro de que la
perdí en casa”. Entonces, ¿por qué la buscas aquí?”, preguntó el amigo.”¡Es que
aquí hay mucha luz!”, explicó el mula.
Realmente estamos buscando la “llave”
en el lugar equivocado. ¿Cual es la llave de nuestra liberación y de nuestra
plenitud última?
Debido al dolor y pánico que hemos podido
sufrir en nuestra más tierna infancia y compensando carencias infantiles,
caemos en el terreno de pasiones como: el orgullo, la vanidad, el
resentimiento, la envidia, los celos, el miedo, la cobardía, la venganza, la
avaricia, el narcisismo, la vanidad y la indolencia llegando a justificarlas y
quedándonos enganchados y fijados en ellas para buscar en las mismas la llave
que permita nuestra liberación. Nada más lejos de la realidad, porque la única liberación
se haya en la floración y transparencia de nuestro Ser.
Es bien seguro, que este
encuentro con uno mismo, es un camino para toda la vida, incluso creo que ésta
se nos queda corta, porque siempre estamos aprendiendo a conocernos. No dejemos
que estas pasiones intercedan en nosotros y Busquemos personas que nos ayuden y
nos empujen en ese florecimiento de lo que somos en esencia para que no
tengamos que sufrir tanto innecesariamente.
Un abrazo.
Félix
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