Hola de nuevo, como lo prometido es deuda y hoy nos encontramos en lunes, empezamos con el primer tema " El poder sanador de los abrazos", espero que participéis y empecemos a darle vidilla al blog.
El poder terapéutico del abrazo y el contacto está siendo objeto de estudio de prestigiosas universidades en los últimos tiempos aquí os envio diversos estudios al respecto. Para no sobrecargaros de información os iré entregando la información poco a poco.
LA VISIÓN DE LA CIENCIA:
El poder terapéutico del abrazo y el contacto está siendo objeto de estudio de prestigiosas universidades en los últimos tiempos. Como si de verdad empezáramos a estar de vuelta de la ciencia disociada de los valores esenciales, de la tecnología distante y la medicación a gran escala, ciencia y consciencia, materia y espíritu comienzan a darse la mano. Para que este proceso continúe, para que sus beneficios revolucionen nuestra cultura debemos estar informados y actuar en consecuencia.
El “Instituto de Investigación sobre el contacto” de la Escuela Universitaria de Medicina de Miami ha llevado a cabo más de 100 estudios sobre los efectos del contacto en la recuperación de la salud. Las cifras de los estudios alientan a considerar el abrazo, las caricias y el contacto como una medicina imperial. Las cifras hablan de un mejor y más rápido crecimiento en bebés prematuros, aumento de la analgesia en pacientes con dolor, mejoría de los niveles de glucosa en niños con diabetes, mejoría del sistema inmune en pacientes con cáncer, entre otros efectos constatados.
El abrazo y el contacto son formas esenciales de ofrecer soporte afectivo, es precisamente el soporte afectivo el indicador esencial en estudios masivos sobre epidemiología para explicar la buena salud (muy por encima de la dieta y de los hábitos deportivos). En relación al soporte afectivo el Dr. David Spiegel, de la Universidad de Stanford fue pionero en observar la correlación entre mayor longevidad y apoyo terapéutico grupal en mujeres con cáncer metastático de mama. El estudio estaba destinado a demostrar que expresar sentimientos, sentirse acompañado, tener contacto afectivo mejoraba la calidad de vida y disminuía el dolor. Lo que el estudio sin embargo demostró, para asombro del propio Spiegel, no fue sólo que el dolor se redujo en un 50% sino que las pacientes vivieron el doble (las mujeres del grupo de control vivían un promedio de 18.9 meses, en tanto que las del grupo que recibía terapia de apoyo vivían 36.6 meses).
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